Maite Vírseda
José Martínez Ruiz fue un escritor español que escribía
bajo el seudónimo de Azorín. Perteneció a la generación del 98, un grupo de
escritores, ensayistas y poetas españoles que ganaron gran popularidad en aquella
época. Todos ellos estaban inspirados por la corriente regeneracionista.
Azorín experimentó en muchos campos literarios, entre
ellos: la novela, el ensayo, la crónica periodística, crítica literaria y en
menor medida, el teatro, donde únicamente creó dos obras que estaban
caracterizadas por el ambiente misterioso. Su padre pertenecía al partido
conservador y ejercía como abogado. Azorín estudió Derecho en Valencia, donde
se empezó a interesar por las lecturas literarias. Debido a esto comenzó a
escribir en diversos periódicos, como por ejemplo: El Eco de Monóvar y El
Mercantil Valenciano. En todos ellos escribía bajo diferentes seudónimos.
En 1895 escribió dos ensayos de carácter anarquista, compartía junto a Baroja
su admiración por Nietzsche y sus doctrinas revolucionarias. Un año después, se mudó a Madrid para centrar
sus estudios en el periodismo. Durante esa época escribió su primera novela,
que fue autobiográfica, donde empezó a utilizar el seudónimo por el que hoy en
día es conocido, Azorín. El artista tenía una técnica impresionista, en la que
sus descripciones destacaban por la emoción que estas presentaban. Una vez que
el escritor ya era conocido, empezó a interesarse por lo histórico. En 1924
comenzó a ser miembro de la Real Academia Española, haciendo que poco a poco se
fuese retirando de la vida pública.
Por motivo de la Guerra Civil, se mudó con su esposa a
Francia, para luego volver a España en cuanto todo acabó. Fue entonces cuando
recibió los mayores galardones como escritor, entre ellos el Premio de la
Delegación de la Prensa en 1943. En los últimos años en los que se mantuvo
activo laboralmente se centró en la crítica cinematográfica. El escritor
falleció en 1967.
Una de los textos a comentar de este autor es El Romancero. Azorín comienza haciendo
una reflexión abierta sobre una parte importante de la historia de la
literatura, en concreto, de los romances populares y sus autores. Asegura que
pueden surgir en cualquier lugar y en cualquier momento. El escritor emplea un
amplio vocabulario para poder describir estos romances de los que habla a lo
largo de la obra, provocando la aparición de algunos recursos literarios como
por ejemplo el epíteto. Según Azorín, los favoritos del público son los breves,
los cuales reflejan instantes muy cortos. Posteriormente se describe un
amanecer en la playa de San Juan presenciado por el conde Arnaldos. En su paseo
matutino se topa con un marinero que va entonando una canción, y le dice que no
se la va a cantar a nadie que no vaya con él. Con esto, Azorín ejemplifica cómo
sería un romancero breve. Más adelante, el escritor cita otro viejo romance
sobre un guerrero en el cual aparecen metáforas. Además, lo compara con la
poesía de Gautier.
Por otro lado, Azorín escribió un libro titulado El cine y el momento, en el cual se
incluía un artículo titulado Gary Cooper.
En él, el autor escribe una crítica cinematográfica de la película Solo ante el peligro, en la que el actor
ejerce el papel de sheriff que pretende instaurar la paz en su ciudad. Al
principio, hace una descripción detallada de Gary Cooper comparándolo con el
famoso hidalgo manchego, Don Quijote. Para que el lector no tenga ninguna duda,
establece todo tipo de paralelismos. Hablando de la película, el escritor alaba
la fotografía y estructura del largometraje. A lo largo del artículo, Azorín
cuenta detalladamente un resumen de la obra donde participa el actor, el cual
desempeña el papel de un sheriff ante la amenaza de un bandolero de atacar el
pueblo.
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